Dar gracias por la bendición de tener una familia.

La familia es la primera escuela de valores, el escenario principal para la socialización, es el lugar donde primero aprendemos a relacionarnos con los demás, a escuchar y compartir, a ser pacientes y mostrar respeto, ayudarnos unos a otros y a vivir de manera fraterna.

En el contexto familiar se enseña a recuperar la vecindad, el cuidado del otro y de la naturaleza, el saludo, la cercanía, las buenas relaciones. Allí se rompe el primer cerco del mortal egoísmo para reconocer que vivimos junto a otros, que son dignos de nuestra atención, de nuestra amabilidad y afecto.

(Papa Francisco, Amoris Laetitia 276)